lunes, 28 de octubre de 2013

El marketing 2.0 en el cine

Está en crisis, lo sé. Lo sabemos. Todo el mundo lo sabe. El cine ha dejado de atraer a un número masivo de espectadores por culpa de la llegada de internet y la piratería. Paradójicamente, internet se ha convertido en el medio más eficaz y efectivo para promocionar cualquier película que se estrena en cartelera.
Para los que no creen en el boca a boca como medio de promoción y de publicidad en las películas, es hora de que cambien su concepción. Los foros, críticas y comentarios que se producen en cualquier página web vinculada con el séptimo arte o cualquier red social generan una reputación importantísima, hasta el punto de que nadie va al cine sin antes asesorarse y corroborar la idea de que la película que está a punto de ver y por la cual va a pagar dinero vale la pena. Escuchas opiniones de colombianos, españoles, ingleses o alemanes que opinan sobre el filme y hacen de jurado o personal shopper para ti, el consumidor de palomitas en las salas de cine.
Hay productores que apuestan por una escasa promoción de sus películas y confían en su propio producto de tal forma que la buena fama que adquiera la película atraiga a nuevos espectadores, como ocurrió ya con la película neozelandesa de ciencia ficción "District 9". Hace años esto era impensable, pero ahora,en ocasiones, es hasta efectivo.
Hablemos de cualquier trailer. Es el único y principal anuncio que lleva a cabo la dirección de la película para tratar de convencerte de que veas la suya y no otra. Por lo tanto, deben cuidar aspectos muy importantes como no hacer spoiler, no copiar otra banda sonora para el trailer, -cosa que está de moda-, seleccionar frases y escenas intrigantes, destacadas y asegurar emociones en la misma. El tariler debe contar su propia historia, no ser una réplica de la película.
Por otra parte, se echan de menos promociones a través de las películas, como sorteos, viajes, descuentos, encuestas o mensajes. El primer paso para recuperar clientes en el cine es fidelizando a los que ahora siguen consumiendo.
¿Qué ocurriría si los espectadores pudieran tomar decisiones que afecten a futuras películas que salgan al mercado? ¿Por qué no podemos elegir si un personaje en la cuarta parte de una novela debe morir, o casarse?
Apuesto por una mayor retroalimentación entre los cineastas y los espectadores, que la comunicación sea bidireccional, ya que, al igual que en otras industrias, el cliente siempre tiene la atención, y más aún en pleno siglo XXI.

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